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lunes, 28 de septiembre de 2020

 

 REFLEXIÓN 3, O CÓMO LA MOTIVACIÓN Y LA ATENCIÓN INFLUYEN EN EL APRENDIZAJE

 


 

 Esta semana hemos hablado en clase sobre los agentes que pueden influir en el aprendizaje, como los factores cognitivos (las creencias, la atención o los estilos de aprendizaje), los factores sociales y los afectivos (las emociones, la actitud o la motivación).

Sobre todo hemos puesto en énfasis en la atención, la cual, por mucho que algo nos interese, puede durar entre 20 o 40 minutos pero no más.

Para enfatizar ésta, así como los estilos de aprendizaje, hemos visto varios recursos, que van desde el mindfullness hasta garabatear (visual thinking). Hablando de mi propia experiencia, tengo que decir que siendo estudiante he garabateado toda mi vida.

Los brain breaks son también una buena opción para mantener la atención: se trata de realizar ejercicios cortos a modo de juego para realizar una pausa entre tareas o ejercicios. Es decir, se trata de un pequeño cambio de rutina para que la atención no decaiga.


Por otro lado, debemos tener claro que la motivación ejerce una gran influencia sobre la atención. Una de nuestras habilidades como docentes tendría que ser la de mantener esta motivación, y para ello deberíamos considerar al alumno en todas las facetas que lo componen, no solamente la del estudiante de español.

Hay diferentes maneras de motivar a los alumnos. Pero todas y cada una de ellas se centran en los intereses del estudiante.

Para motivar a mis alumnos, independientemente de la edad, primero analizo quiénes son y qué es lo que les interesa. Para ello, los primeros días intento conocerles y que ellos me conozcan a mí también, para ofrecer más confianza y cercanía emocional. Realizamos diferentes ejercicios (relacionados con el aprendizaje de español) pero mediante los cuales obtengo datos sobre lo que les gusta o importa, cuáles son sus metas o intereses, etc. 

Después, en base a esos resultados, en la programación de las clases intento incluir sus intereses, en la medida de lo posible.

Motivar no es una tarea fácil, y para ello es posible utilizar una serie de estrategias. En la VIU (Universidad de Valencia) proponen lo siguiente:

Saber vender el producto

En cierta forma, los docentes son como vendedores. Pero no de productos o servicios, sino de conocimientos. Se trata de presentar las materias de manera que resulten atractivas para los alumnos, hacedles ver que los aprendizajes son buenos para ellos y creando en su interior la necesidad de consumirlos.

Crear expectativas

El hecho de crear expectativas es un factor totalmente clave clave a la hora de motivar a los alumnos. Al crear expectativas en clase se aumenta la curiosidad, el interés y, sobre todo, la atención de tus alumnos. De esta forma, se logra que los alumnos estén motivados y a la espera de aprender algo que sea sorprendente, diferente y especial.

Potenciar la motivación intrínseca

Pese a que es un tipo de motivación que, por definición, nace del interior de la persona, lo cierto es que existen estrategias para potenciar la motivación intrínseca:

  1. Intentar asociar las actividades de la clase con los intereses del estudiante: deportes, música, eventos de actualidad, cultura audiovisual, etc.
  2. Despertar la curiosidad del estudiante apelando al factor sorpresa. Por ejemplo, señalando discrepancias existentes entre determinadas creencias de la mayoría de la gente sobre muchos temas y la realidad.
  3. Utilizar juegos y actividades, online y físicas, para hacer las clases más divertidas, amables y cercanas a los alumnos.
  4. Introducir variedad en la organización y estructura de las clases para no aburrir a los alumnos con una excesiva monotonía.

Ceder el protagonismo a los estudiantes

Aunque de vez en cuando pueda ser necesario, e incluso estimulante, alguna clase de tipo «magistral» donde el profesor se limite a exponer sus teorías, conceptos, análisis y conclusiones, lo más recomendable es hacer a los alumnos muy partícipes de la clase.

Los alumnos tienen que poder  preguntar y opinar si ningún miedo, ni sentirse cohibidos. Un feedback activo, donde todos, en la medida de sus posibilidades, puedan aportar algo hará las clases mucho más amenas, interesantes y provechosas.

Evitar dar demasiada importancia a las evaluaciones

Además de evitar la ansiedad y una competencia excesiva entre compañeros, los alumnos que estudian con el único objetivo de sacar buenas notas, además de ser más fácil que pierdan la motivación en algún momento, no disfrutan del placer de aprender por el mero hecho de hacerlo e incluso por diversión.

Usar conceptos novedosos

Los recursos tecnológicos y las TICs (tecnologías de la información y comunicación) hace ya tiempo que entraron en el aula. Sin embargo, no se utilizan en todo su potencial. El material interactivo y audiovisual, sobre todo si implica la participación activa de los estudiantes, es una apuesta segura para despertar el interés y la motivación de alumnos de todas las edades.

https://www.universidadviu.com/motivar-a-los-alumnos-dinamicas-y-actividades-para-conseguirlo/


Y tú, ¿cómo mantienes la atención y la motivación en tu clase?



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